lunes, 31 de enero de 2011

La salud desborda el déficit


En el suplemento "Dinero" publicado el domingo 30 de enero en La Vanguardia hay unos interesantes artículos sobre el déficit sanitario. Uno de cada cuatro euros del presupuesto catalán se destina a la sanidad. En el artículo se pone de manifiesto que una parte importante del gasto (un tercio en USA y algo menos aquí) no aporta mayores niveles de salud a la población y, por lo tanto, la clave no es gastar más o menos sino gastar mejor. Núria Mas de IESE sostiene que "la demanda de la sanidad es muy difícil de controlar puesto que es demanda inducida…" Hasta ahora todas las políticas se centraban en la oferta (más accesibilidad, más puntos de atención…) pero ahora la clave está en el control de la demanda.

Josep Ma Via firma un interesante artículo: "De lo urgente a lo importante". Dos ideas que comparto plenamente: "Nadie debería hablar más de las responsabilidades de los demás sin asumir antes las propias" y "…no todos los profesionales son iguales, ni trabajan igual, ni rinden lo mismo". El profesor Guillem López Casasnovas, en el artículo "¿Anclar gastos o mejorar financiación?" Hace un buen repaso de las alternativas. Al margen de la alternativa escogida se requiere limpieza desde la planificación (contra el despilfarro y la duplicación) y orden en la provisión (frente a la baja productividad, el absentismo y el relajo del gestor-conseguidor político). El profesor López Casasnovas también sugiere separar todo lo posible el financiador del prestador, entre otras cosas para garantizar la innovación. Mas y López Casasnovas coinciden que a la larga el gasto sanitario seguirá aumentando (a medida que aumenta el bienestar aumenta el gasto sanitario). Cuando no es posible determinar "quién es elegible" (porque lo somos todos), es preciso concretar en "qué" se gasta el dinero.

La gestión del gasto farmacéutico es otro tema que se debate en este suplemento. Es complejo. Hasta ahora la alternativa ha sido pagar menos y pagar más tarde. No da la impresión que este sea un buen camino. En algunos ambientes, especialmente de Atención Primaria, se sostiene que la mejor manera de ahorrar es prescribir adecuadamente (no sé si tiene base empírica, pero suena bien). La innovación también se resiente a causa de la crisis, tal como se refleja en artículo de Rosa Salvador "La falta de fondos aparca la innovación". Quizás es cierto en lo que se refiere a inversiones en innovación. Pero quizás la crisis podría ser un buen incentivo para promover innovaciones en la organización. Esto no se comenta en el artículo, pero creo que es muy importante.

"Todo el poder para los médicos de cabecera" de Rafael Ramos, recoge el mantra que se atribuye a David Cameron y a sus planes de reforma en profundidad del NHS. La clave del ahorro está en la reducción de los costes burocráticos y en el traspaso del presupuesto a consorcios de médicos de cabecera. En agosto ya comenté la propuesta Cameron. Reducir la burocracia es una buena estrategia, pero surgen voces que sugieren que los consorcios de médicos de cabecera van a necesitar buenos gestores.

Finalmente, Salvador Enguix, en "Camps exporta su modelo" expone los resultados de los hospitales públicos gestionados por entidades privadas. Hay muchas críticas a esta fórmula y algunas evidencias que la ponen en entredicho (déficit, retraso en el pago a los proveedores…).

En definitiva, estos son algunos de los temas candentes:
  • Gastos relacionados con la burocracia.
  • Control de la demanda.
  • Responsabilidad y pago por resultados a los profesionales.
  • Separación de la financiación de la provisión.
  • El gasto sanitario aumentará: necesidad de gastar "bien".
  • Innovar en tiempos de crisis.
  • Papel de los gestores.
  • Modelos de gestión públicos-privados.

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