Un parte muy importante de los médicos de este país tiene la condición de “estatutario” que no es lo mismo que “funcionario” pero que comparte un elemento básico: la garantía de estabilidad laboral. Nadie puede negar que una parte significativa de la innovación en el mundo sanitario se ha producido en el entorno de los profesionales “estatutarios”. Por lo tanto, sí que se podría hablar de “estatutario emprendedor”. Pero en la situación económica actual, ¿es posible seguir pensando en el “estatutario innovador”?
Según el interesante libro de Marc Vidal (su blog merece la visita) titulado Contra la cultura del subsidio (Gestión 2000, 2010) en este país los emprendedores lo tienen mal. Vidal sugiere que las cualidades del emprendedor son:
- Empuje.
- Decisión.
- Observación.
- Energía.
- Paciencia para tolerar la pesada administración pública y su burocracia.
- Inconsciencia para sobrellevar el riesgo de exclusión que conlleva arruinarse en este país.
La solución que propone Vidal es la empresa abierta, horizontal y dinámica (la llama “el sexto continente”) y que se basa en el talento colectivo: compartir, conectar, pensar conjuntamente, alianzas, comunidades virtuales, etc….
Para hacer estas cosas la situación de estatutario no es ningún inconveniente (y además si saltas tienes la red de seguridad: la plaza). Si antes en los centros sanitarios se hacía innovación, ahora también es posible. Y ahora quizás habrá que hacerla gratis, me refiero, a cambio de nada. El incentivo es la supervivencia y no perder posiciones.
Dos últimas citas de Marc Vidal:
- Sembrar en tiempos de crisis repercute en la robustez posterior de la empresa (p. 46).
- …las opciones son pocas cuando vienes del desierto laboral: emigrar o emprender (p. 127)
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