sábado, 14 de agosto de 2010

La opinión pública y los cambios en el NHS

El impacto en la prensa del nuevo plan de reordenación del NHS ha sido muy importante. A modo de ejemplo he resumido algunos aspectos que ha tratado básicamente el periódico The Guardian (creo que no es especialmente pro-gubrnamental).

El lema de a presentación del documento gira alrededor de la “revolución informativa” que debe permitir el acceso de paciente a múltiples datos sobre hospitales y médicos. Uno de los retos de esta reforma es definir la manera de tratar los datos clínicos de los ciudadanos. El núcleo de la reforma está en dar más poder de decisión al paciente (tal como sugerían encuestas previas) y, por lo tanto, la información es crucial. Una de las paradojas respecto al tema de la mejor información es que los propios médicos no conocen los datos sobre la variabilidad de la práctica clínica.

El profesor Chris Ham sostiene que esta nueva estrategia acelerará los cambios en el NHS para acercarlo a una “economía mixta”: conversión de los trusts en empresas sociales, participación de empresas privadas para dar soporte a los consorcios de médicos de família, y nuevas oportunidades para diversificar los proveedores. Otros expertos también señalan los elevados costes de esta transformación y el ritmo de los cambios, dadas las profundas transformaciones que se proponen. Además, más de 30.000 cargos intermedios de los 152 Pirmary Care Trust y de las 10 Strategic Health Authorities pueden perder sus puestos de trabajo (estos recortes pueden implicar qe el NHS pierda al staff mejor preparado).

The Guardian hace un amplio seguimiento de las opiniones de los divesos implicados, así como el Health Service Journal.

Seumas Milne, columnista de The Guardian habla directamente de privatizción y sostiene que del NHS únicamente quedará el nombre. Denis Campbell, en The Observer, alerta sobre el riesgo de que con estas reformas el gobierno pierda el control de una de las instituciones más apreciadas, a national treasure.

Se ha iniciado un gran controversia que habrá que seguir. El Royal College of General Pratitioners ha hecho un llamamiento a sus asociados para que emitan opiniones respecto al documento. Para el próximo apunte guardo las opiniones de The Lancet y el BMJ.

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