La mejor herramienta para encontrar el libro que buscas es esa pequeña joya llamada Amazon. Además, a veces, buscando encuentras alguna sorpresa. Sin embargo, las librerías convencionales siempre te deparan sorpresas. El placer de encontrar un libro inesperado, de momento, es más probable en una librería que en Amazon.
He encontrado un libro maravilloso de Rita Levi-Montalcini en una librería de la Via del Corso, de Roma, abierta un domingo por la tarde (uno de agosto).
Rita Levi-Montalcini (Turín, 1909), descendiente de judíos sefarditas, nació en un ambiente familiar "libre-pensador". Estudió Medicina, superó el fascismo y la persecución nazi y con una voluntad y una decisión inquebrantables se dedicó de lleno a la investigación. Junto con Stanley Cohen describió el Nerve growth factor (NGF), que les valió a ambos el Premio Nobel de Medicina en 1986. A sus 101 años sigue activa y lúcida sin olvidar su compromiso con los menos favorecidos. Un buen ejemplo es Rita Levi-Montalcini Foundation Onlus, una fundación que ofrece ayudas a nujeres africanas para realizar estudios superiores. Rigor científico (curiosidad y exigencia), sentido de la justicia y ternura (una buena combinación).
Investigar, investigar de verdad, es muy difícil. Requeire formación, esfuerzo, disciplina, espíritu de sacrificio, paciencia, rigor, generosidad...y un contexto adecuado que a veces se escoge pero otras no. La lectura del libro de Levi-Montalcini me lleva a pensar en uno de los tópicos más repetidos referentes a los elementos fundamentales de la práctica de la medicina. Se afirma, con rotundidad, que estos elementos son imprescindibles: asistencia, docencia e investigación. Así, sin más, todo médico debe hacer asistencia, docencia e investigación. No lo veo de la misma manera, o por lo menos creo que debe explicarse con más precisión.
La sociedad espera del médico (por lo menos de la mayoría de médicos) que se dedique a la asistencia (a través de la relación directa con los pacientes o desde el ámbito de la salud pública o de la organización sanitaria). La función del médico es curar (si puede) y cuidar. Dicho esto, en algunos casos se realizarán actividades docentes formales (pero la docencia bien hecha también es muy difícil y requeire habilidades y conocimientos específicos) y otros, muy pocos, realizarán verdaderas actividades de investigación (he oído decir a Francesc Moreu, refiriéndose a la investigación aquellos de "muchos son los llamados y pocos los escogidos", Mateo 22, 1-14).
La docencia se confunde demasiado a menudo con la plaza de profesor asociado. Se olvida uno de los papeles fundamentales del médico: enseñar el oficio (tal como se identifica en el Juramento Hipocrático: ...enseñarles este arte gratuitamente si quieren aprenderlo). Una buena manera de enseñar el oficio es a través del ejemplo: la acumulación de conocimientos no lleva mágicamente al dominio de la competencia (Esteve Pont, 2004).
Se habla demasiado de investigación y se olvida que una de las funciones del médico es evaluar su propia práctica. Evaluar la propia práctica requiere análisis de la información, buscar respuesta a dudas (que en ocasiones pueden requerir estudios específicos en un formato de ensayos clínicos controlados), valorar nuevos tratamientos, etc... Y todo ello puede dar lugar a publicaciones científicas de calidad. Pero la investigación, la investigación de verdad, no se limita a estos aspectos. Por lo tanto, evaluar todos, investigar únicamente uno cuantos (pocos).
Como dice Levi-Montalcini, el desarrollo de la capacidad intelectual del Homo sapiens ha sido espectacular, pero todavía tiene limitaciones manifestadas en ocasiones por el desequilibrio entre la razón o el proceso disarmónico que lleva a comportamientos aberrantes o complejos psíquicos (p. 18). La naturaleza humana se explica fundamentalmente a través de la imperfección (p. 289). En algunas discusiones, como las de "asistencia, docencia e investigación", se hace patente la imperfección en el debate al predominar las emociones sobre el razonamiento.
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lunes, 9 de agosto de 2010
Elogio de la imperfección
Etiquetas:
docencia,
imperfección,
investigación,
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Rita Levi-Montalcini
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