jueves, 26 de agosto de 2010

Cuando te cambian las ruedas no se fijan en los bajos del coche

Una historia de verano. Cuando se aflojan las tuercas de de la protección de plástico de los bajos de mi coche se oye un ruido cuando trato de sortear algunos baches. Diagnóstico confirmado por impresión visual. Nada grave, pero habrá que ir al mecánico.

Pero, de repente el ruido cambia de características, se hace más contínuo y más sordo... además, da la impresión que cuesta más dominar el coche. Me detengo y el resultado puede verse en la foto adjunta: la rueda destrozada. Afortunadamente sin más consecuencias. El Reial Automòbil Club de Catalunya RACC (un ejemplo de organización eficaz centrada en las necesidades del usuario) me ayuda a reemprender la marcha en menos de una hora.



Al día siguiente (en pleno mes de agosto) busco un taller para reponer la rueda averiada. Se trata de un taller especializado (es la primera vez que contcato con ellos pero la impresión es de una gran profesionalidad). Además de cambiar los neumáticos ¿mirarán los bajos del coche? respuesta: NO (naturalmente). Al primer bache confirmo el ruido inicial (el de antes del pinchazo).

Un establecimiento superespecializado ha hecho (bien) su trabajo (cambiar la rueda y alinear la dirección) pero, a pesar de que han ubicado el coche en un elevador, no han hecho el más mínimo comentario sobre los bajos del coche: Cuando cambio la rueda no me fijo en los bajos.

La acusación de fragmentación se aplica a la mayoría de ámbitos sanitarios. La especialización se identifica como una de las causas. Pero a la vista de mi contacto con el mundo de la mecánica automovilística me pregunto si la fragmentación tiene una dimensión que supera el mundo sanitario. Ingenuidades de verano.

La transdisciplinaridad (entendida como la articulación de diferentes formas de conocimiento) es un concepto atractivo, pero poco arraigado en todas partes. Da la impresión.

El próximo lunes iré a mi mecánico de "cabecera".

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