- La crisis del estado del bienestar no es nueva (algunos sugieren que empieza en 1975) pero en los últimos años todo parece que se ha acelerado extraordinariamente.
- El desarrollo del estado del bienestar en los países occidentales nos ha hecho menos competitivos. Los costes aumentan hasta un 30% respecto a otras economías que no tienen en consideración el bienestar. La única manera de compensar esta situación es aumentando la productividad e innovando.
- Uno de los elementos (entre otros) que explican la crisis en el sector del bienestar social (y sanitario) es el crecimiento de la oferta de una manera espontánea, tanto en lo que se refiere a la cantidad de prestaciones como en la introducción de innovaciones.
- En las crisis profundas (como la actual) ningún sector puede mantenerse al margen alegando excepcionalidades propias.
- La presión fiscal en el estado español es baja y se parece más a la americana que a los países europeos (y está muy lejos de los países nórdicos). Es un poco contradictorio querer servicios de calidad (equiparable a los países con más presión fiscal) pero con una presión fiscal muy baja. La diferencia en la presión fiscal es, aproximadamente, un 8% menor que en la mayoría de países de la UE (y el 15% menor que en Suecia o Dinamarca, por ejemplo).
- Cuando hay que hacer ajustes profundos es preciso actuar sobre sectores de gran volumen (educación, sanidad...)
- Hay que reordenar la oferta (no se puede decir que sí a todo) y segmentar el mercado. Una parte del origen de la oferta se produce en la propia organización sanitaria (y se hace de una manera no ordenada y sin establecer prioridades, de manera que se crean expectativas que acaban en "listas de espera").
- El sistema sanitario ha crecido mucho en los últimos años. El presupuesto sanitario catalán se ha doblado en menos de 10 años, pasando de 4.400€ en el año 2000 a 9.500€ en el 2010 (es preciso señalar que durante este período la población ha aumentado en más de un millón de habitantes).
- El impacto de la crisis será alto en el sector sanitario, por su volumen y por la desproporción con otros sectores relacionados con el estado del bienestar. Las necesidades en temas relacionados con la dependencia, por ejemplo, son muy elevadas (y mucho peor cubiertas que las necesidades sanitarias).
Así, el objetivo prioritario se centra en el aumento de la productividad, que coincide con el informe Physicians Future que comentaba a finales de mayo: habrá que hacer más con menos.
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