Una frase:
"...por cierto que aquella memoria sólo había podido ejercitarse y formarse de aquella manera diabólicamente infalible por medio del eterno secreto de cualquier perfección: la concentración".
En muchas ocasiones no es fácil la concentración en la práctica cotidiana: el teléfono (y además nuestro teléfono móvil), las interrupciones inesperadas, las agendas personales...
Por cierto, volviendo a Halifax, tras los "buenos días" la primera recomendación fue cerrar los teléfonos móviles de los asistentes durante todo el taller. Fue sorprendente no oir molodías exóticas o ver salidas precipitadas de la sala. Una buena recomendación: al iniciar una reunión de trabajo se puede pactar una "avería temporal" de todos los móviles.
Hablando de concentración, y para ser justos, quizás podríamos decir que la semana pasada el Inter estuvo más concentrado que el Barcelona.
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