miércoles, 19 de mayo de 2010

Apuntes tras una comida rápida

He comido con un amigo que vive en la capital y trabaja en una multinacional relacionada con la prestación de servicios sanitarios a domicilio. Una conversación inteligente y un comentario que me ha llamado la atención: desde hace unos meses se perciben cambios en todos los interlocutores del sector sanitario. Me pregunta si yo también lo percibo. Y me hace pensar:

  • Algunas empresas farmacéuticas se interesan por proyectos concretos de atención a pacientes con enfermedades crónicas o proponen a las administraciones sanitarias experiencias de gestión de las enfermedades alejadas de la promoción de un fármaco.
  • Empresas de alta tecnología se interesan por la atención domiciliaria.
  • Las empresas que prestan servicios domiciliarios (como en el caso de las terapias respiratorias a domicilio) se interesan por ofrecer/recoger datos complementarios no relacionados directamente con su contrato asistencial o por implicarse en la detección precoz de agudizaciones.
  • En algunas regiones sanitarias se dan gestos decididos para integrar a las oficinas de farmacia en la red asistencial y aprovechar los datos obtenidos en las mismas (tensión arterial, peso, glicemia....) para incorporarlos a la historia clínica electrónica del paciente y utilizarlos en la detección de riesgos.
  • Hay malestar en la atención primaria.
  • Los proyectos relacionados con la seguridad clínica o las simulaciones tienen un espacio cada vez más identificable.
Es cierto que hay una sensación, quizás en estado latente todavía, que intuye que tiene poco futuro trabajar de la misma manera que se ha hecho hasta ahora, es decir, de una manera fragmentada, sin tener demasiado en cuenta las necesidades del pacientes y con una atención a los costes más decorativa que práctica.

A lo largo de la comida hemos hablado del Tribunal Constitucional (pero este es otro tema) y me ha recomendado una buena revista: The Atlantic.

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