jueves, 2 de julio de 2009

All you need is love

Albert Jovell, Director de la Fundació Josep Laporte (y co-director del curso de Harvard) insiste al inicio de su presentación en la crisis del modelo socio-económico que, a grandes rasgos, se caracteriza por la desaparición de los intermediarios y de las pequñas empresas (las pequeñas empresas únicamente sobrevivirán si innovan contínuamente). En este contexto es más evidente la crisis de valores, que podría resumirse en estos puntos:
  • Individualismo extremo
  • Disminución del reconocimiento de las personas
  • Corrosión del carácter (no somos amables)
  • No comprensión.
  • Ausencia de significados.
  • Miedo y desconfianza
  • La incertidumbre duele
  • Ausencia de referentes de liderazgo.

Albert Jovell insiste en que uno de los rasgos de la política de Obama es que crea significados de las cosas.

Las macrotendencias actuales podrían resumirse en:

  • Exceso de posibilidades (aumentan constantemente los nuevos productos)
  • Recursos limitados (en algunos lugares o en algunas especialidades médicas puede hablarse de falta de médicos, pero, además, habrá que discutir la transferencia de competencias entre las diferentes profesiones sanitarias)
  • Activación de los pacientes
  • Exigencia de calidad.

El liderazgo afectivo es una necesidad. La organización castrense de la sanidad ha llevado, en parte, a la crisis del profesionalismo, el cinismo en algunos medios profesionales o a la toxicidad emocional (los rumores son un buen ejemplo). No es verdad que seamos siempre racionales (de hecho la mayor parte de las veces no somos estrictamente racionales, como señala el profesor Neal Ashkanasy). La emoción (respuesta automática), el sentimiento (conversión de las emociones) y el afecto (expresión de los sentimientos) juegan un papel importante en la toma de decisiones.

Los médicos (y las profesiones sanitarias en general) realizamos un trabajo "emocional" y nos vemos obligados a tarbajar con prisas ("presión temporal"), a tomar decisiones en un marco de incertidumbre y a vernos en la necesidad de dar malas noticias. Por lo tanto es necesario que los proesionales la estima, la autonomía, el reconocimiento de la competencia y el sentido de pertinencia.

En las organizaciones sanitarias hay...

  • Malestar profesional
  • Desafección institucional
  • Baja auto-estima.
  • Sensación de falta de gobierno
  • Dificultades para trabajar en grupo.

Por todo esto el liderazgo (el liderazgo afectivo) es una necesidad imperiosa. Los profesionales deben estar seguros "que se preocupan de ellos" y de que "les reconocen la competencia profesional"

Decálogo del liderazgo afectivo (A. Jovell)

  1. Sé menso gestor y más líder.
  2. Tus sentimientos te movilizan.
  3. Tus valores te identifican.
  4. Tu personalidad te delata.
  5. Aprende a manejar tus emociones.
  6. Conoce tus limitaciones, sé humilde y sonríe.
  7. La honestidad se cobra en confianza.
  8. La adversidad te enseña a ser mejor.
  9. Está lento el talento.
  10. Ser más humano recompensa.
Obama y la reforma del sistema sanitario americano.

En este contexto cobra un valor especial la propuesta de reforma del sistema sanitario americano que, de una manera decidida, Barak Obama pone encima de la mesa. Los mensajes de Obama son claros:
  • La crisis del sistema sanitario es más importante y más cara que la crisis bancaria.
  • No puede ser que la sanidad americana cueste tanto (y con niveles de calidad muchas veces por debajo de lo esperable).
  • No puede ser que tantos ciudadanos (especialmente los niños) no tengan cobertura sanitaria.

Tal como identifica el Editorial del The New York Times del 29 de junio de 2009, el papel de las compañías aseguradoras es crucial en la reforma sanitaria, y debe revisarse.

La estrategia de Obama en el planteamiento de la reforma sanitaria es claramente de abajo hacia arriba. Un ejemplo de ello es el interés por promover debates públicos directos entre la administración y los ciudadanos (public hearing meetings) de manera que puede evitarse las interferencias de los lobbies o de los propios representantes electos (que en ocasiones defienden intereses no alineados con las directrices del gobierno).


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