Voy a insisitir en el tema del reciclaje. En un contexto de falsa opulencia en el que parece que vivimos la mejor manera de ahorrar es no desperdiciar. Hemos estirado más el brazo que la manga y ahora el traje parece que se ha encogido.
David de Ugarte, en el libro “El poder de las redes” (accesible gratuitamente) dice que “La Web 2.1 es la web del bricoleur, una red de usuarios que crean y publican reciclando una y otra vez los materiales de su red”. Como vamos a tener que apañarnos con lo puesto, el reciclaje se hace imprescindible.
Mi primero propuesta es reciclar el tiempo. El tiempo, bien aprovechado, da para mucho, pero no es infinitamente elástico. Algunas ideas para “reciclar” el tiempo, es decir, para obtener más rendimiento del tiempo disponible:
- Concentrarse en lo que es realmente importante: hay que dejar lo que no gusta a nadie (algunas celebraciones por ejemplo), lo que es rutinario y sin sentido (las sesiones a las que no asiste “nadie”...), lo que se ha demostrado ineficaz (¿sesiones bibliográficas, quizás?)
- Puntualidad.
- Programación: las reuniones se convocan con hora de inicio y hora de finalización.
- Delegar tareas a otras personas (o a máquinas o a herramientas inteligentes).
- Más teléfono y menos visitas.
Elena Torrente sugiere buscar en la red antes de empezar de cero (el twitter de Elena es: @etorrente). Vaya, que la mayor parte de cosas ya se han inventado y que copiar (citando) no es malo.
Reciclar el tiempo no necesariamente implica trabajar más. Reciclar el tiempo debe servir para trabajar mejor (o por lo menos para minimizar el desperdicio).
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario