viernes, 5 de febrero de 2010

Medios, Política Sanitaria y Salud Pública: choque de culturas

Ayer asistí a la segunda cena-coloquio Blanquena celebrada en Barcelona y auspiciada por la Fundación SIS (además de la Delegación del Gobierno de la Generalitat en Madrird, la Universitat Oberta de Catalunya i el Consorci del Hospital Clínic de Barcelona). Los ponentes fueron el Dr Antoni Plasencia (Director General de Salut Pública, Departament de Salut, Generalitat de Catalunya) i el Sr Arturo San Agustín, periodista de El Periódico.

El tema del debate se ha desarrollado a partir de la comunicación en relación con la epidemia de gripe. Algunos apuntes interesantes.

  • Desde el punto de vista comunicativo, algunos organismos públicos (OMS, per ejemplo) o la industria farmacéutica, establecen estrategias de comunicación claramente mejorables.
  • Hay posiciones de partida que consideran buenos (ONG) y malos (industria) sin discriminar o matizar.
  • La comunicación del riesgo es un problema muy subjetivo, más relacionado con los valores que con los argumentos racionales.
  • Los medios de comunicación no han generado la alarma: en la primera fase de comunicación, y ante la magnitud de la epidemia (datos iniciales de México), los medios de comunicación se puesieron al servicio de la Administración para transmitir la información generada, sin comentarios.
  • Por primera vez, desde un organismo como la OMS, se ha retransmitido en directo la declaración de los diferentes niveles de pandemia (como la CNN en la invasión de Iraq).
  • Al hacer balance de la pandemia se critica a algunos gobiernos por comprar vacunas y utilizar muy pocas (en el estado español se compraron vacunas para el 20% de la población, pero en otros países se compraron para el 70-80% e incluso para el 120% de la población). Sin embargo, nadie se queja de haber pagado el seguro del coche y, al final del año, no haber tenido necesidad de utilizarlo.
  • Se constata las contradicciones de profesionales de primera línea (especialmente médicos) con las recomendaciones de las autoridades sanitarias.

Quizás se ha atendido poco a las características de una de las fuentes de comunicación muy importante: los profesionales de primera línea. Algunos puntos a considerar en este aspecto:

  • Los médicos no tomamos sistemáticamente decisiones racionales. El método hipotético-deductivo, base de la toma de decisiones, es un proceso lento. En la mayor parte de los casos las decisiones se toman en respuesta a patrones: garvedad/no gravedad, riesgo/no riesgo, incertidumbre/soluciones conocidad.
  • En las decisiones suele primar más el no provocar pérdidas que ganar algo (que no está muy claro).
  • Los médicos no tenemos posiciones homogéneas. En el caso de la gripe hemos podido observar la presencia pública de negacionistas (muchos de ellos pensando en la teoría conspirativa), otros son alarmistas ("necesitaremos triplicar el número de camas de críticos), la mayoría son escépticos y unos pocos ortodoxos.
  • Se supone que los médicos tenemos un conocimiento generalizado sobre los problemas asistenciales, pero la especialización ha generado grandes expertos en un tema, pero profundos ignorantes en el resto (especialmente en lo que se refiere a la Salud Pública).

Un comentario final curioso del periodista Josep Ma Ureta: "los periodistas no mienten nunca... porque no tienen tiempo".

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