martes, 10 de noviembre de 2009

Participación

La participación de los profesionales en la toma de decisiones y, muy especialmente, en la organización de su propia actividad, es un tema de debate en los últimos meses. Sin embargo, me da la impresión que no es un tema de debate generalizado en la profesión. Si lo preguntas todo el mundo quiere participar, pero en la práctica es difícil llegar a concretar como. Tirando del hilo, el médico de primera línea si que quiere tener capacidad de organizar su propio trabajo (sin que el/la administrativo/a de turno le diga como puede organizar su agenda, por ejemplo). El primer post de este blog trataba precisamente de este tema. Algunos, con razón, sostiene que esta autonomía debe asociarse necesariamente a la responsabilidad con los resultados.

Así, el debate sobre la particiacipación puede abordarse desde tres perspectivas:

  1. Reforma: Desarrollar modelos organizaivos que acerquen la toma de decisiones a los profesionales (las direcciones clínicas o los institutos serían algunos ejemplos). Desde esta perspectiva siempre se cita el modelo del Hospital Clínic de Barcelona, pero se suelen obviar las circusntancias: modelo de participación de los médicos en la gestión desde los años 70's, más del 70% de los médicos han realizado estancias prolongadas en el extranjero, en ciertos aspectos el HC ha desarrollado su modelo con una relación especial con la red pública, potencia investigadora enorme.... La adaptación de este modelo tiene algunos elementos clave como, por ejemplo, la elección del director clínico. Una decisión continuista o la elección de directores que, en la prácitca, tarbajan como "encargados" puede ser nefasta.
  2. Sindicalización: La promoción de la participación por la vía sindical plantea dos problemas: consolida la democracia participativa (ganan las mayorías, aunque solo sean del 51%) y es una contradicción con los valores del profesionalismo (a mi me cuesta entender un "sindicato de profesionales"). La democracia participativa tiene sus ventajas (simplifica las cosas) pero creo que la toma de decisiones en cuestiones sanitarias debe abordarse como un problema complejo y se requieren modelos más deliberativos en los que el "poder" esté repartido y equilibrado. Estos modelos de democracia deliberativa en los que es más importante la garantía de no arbitrariedad y el consenso que el peso de las mayorías se dan en sociedades muy maduras democráticamente (generalmente anglosajonas). El riesgo de la sindicalización es que puede convertir a los médicos en empleados.
  3. Cambio de paradigma: Sin embargo, es posible que, en realidad, estemos a las puertas de un cambio de paradigma, en el que todos los temas (incluso el de la participación) deban mirarse de una manera distinta. Hay tres elementos que pueden hacernos pensar en el cambio de paradigma:
  • Papel del paciente: Tapscott y Williams escribieron un libro titulado Wikinomics en 2006. en el que describen el concepto de prosumer. Será difícil separar al productor del consumidor. El consumidora también participa activamente en la confección del producto (en el caso de las enfermedades crónicas no hay dudas).
  • Sostenibilidad: Uno de los motivos de la reforma de la sanidad en USA es la respuesta al gasto excesivo dedidado a la sanidad (con unos resultados que en muchos casos no son aceptables y que excluye de las prestaciones a muchos millones de ciudadanos). En nuestro país la sostenibilidad también será un motor indiscutible del cambio, no tando dirigido a la accesibilidad como al incremento de la eficiencia. Al final la calidad de la atención sanitaria de un país no se relaciona con lo que "queremos" sinó con lo que "podemos", es decir, con el PIB.
  • Complejidad: Las 4P (o las 7P) quieren indicar que la complejidad (especialmente en relación con la medicina personalizada) exigirá comportamientos distintos y la intervención de otros profesionales (incluso profesionales no sanitarios) en el proceso diagnóstico y de diseño del tratamiento. Mútiples profesionales en diversos ámbitos asistenciales requiere establecer una red de relaciones complejas en las que el liderazgo adquirirá dimensiones muy importantes, pero con estilos inéditos hasta ahora.

El debate sobre la participación es un tema muy abierto, todavía. La reforma es una alternativa realista (pero quizás tiene un techo más bajo del que nos imaginamos) y el cambio de paradigma está a las puertas (pero los actores del cambio de paradigma no serán los actores que actualmente están en escena, el cambio de paradigma cambiará la "compañía teatral"). Existe el riesgo que en el interín, en la práctica, la participación se ciña a la vía sindical.

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