El 14 de noviembre de este año, Joan de Sagarra escribía un magnífico
artículo (no es ninguna novedad) en La Vanguardia sobre el tratamiento y el trato que recibe en el
Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona. El artículo se titulaba: "
Cinco semanas en Sant Pau" y esta es la frase de la entradilla:
El hospital, con más de seis siglos de historia, sigue ahí, acogedor, para tranquilidad de quienes lo usamos. El autor se siente muy satisfescho del tratamiento y del trato. Al final del artículo un comentario sobre el tiempo: la visita dura quince minutos (tiempo que al autor le parece suficiente), pero constata que ha esperado una hora para esta visita y debe esparer un tiempo similar para pogramar la próxima.
Evidentemente este problema no es ni local ni excepcional, esta pincelada es extrapolable al conjunto del sistema. El
tiempo se está convirtiendo en el elemento clave en la relación del paciente con el sistema sanitario.
La semana pasada, en TV3 emitieron el programa
Banda Ampla dedicado a la "sanidad catalana". Opiniones para todos los gustos, pero estos tres aspectos surgieron con especial relevancia:
- Los ciudadanos no se quejan de aspectos técnicos.
- Los elementos más importantes son la confianza, el tiempo y la comunicación.
- El problema no es el “tiempo de visita” (en el sentido de la duración de la visita), el problema es el “tiempo de espera”.
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