Desde hace tiempo se habla, de una manera más o menos explícita, de la excesiva politización de los cargos directivos en el Sistema Nacional de Salud. La penetración de la política en la profundidad de las organizaciones no es una buena práctica.
El poder no garantiza el conocimiento y la militancia no es sinónimo de mérito. Se espera que los políticos tomen decisiones, pero es una perversión sustituir las decisiones técnicas por decisiones políticas.
lunes, 19 de abril de 2010
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