He tenido ocasión de visitar fugazmente la exposición de Miquel Barceló en el CaixaForum de Madrid. No sé si Barceló hace cuadros que parecen esculturas o bien si Barceló pinta esculturas. Barceló ve las cosas de una manera distinta. Incluso pinta de noche para dominar la luz.
El título de la exposición se palpa en muchos cuadros: el mar, el desierto, las figuras solitarias...
El cuadro que sirve de portada del programa se titula "La solitude organizative". La soledad se explica poco al hablar de liderazgo. El equipo, la organización... está muy bien. Imprescindible. Pero en algún momento el liderazgo debe resistir la soledad, las decisiones que no se pueden compartir, las decisiones que no se deben compartir... y la derrota.
Hace un tiempo un colega, que había asumido la dirección de un servicio, me confesó que había tenido que tomar decisiones graves y que, en estos momentos, se había encontrado muy solo. Se quedó un poco sorprendido por mi indiferencia ante su lamento. "La soledad va con el cargo", le espeté. Estoy convencido de ello y el liderazgo clínico no puede entenderse sin la capacidad de asumir positivamente la soledad (para reflexionar, para decidir).
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1 comentario:
Totalmente de acuerdo.
Es más, hasta que no experimentas esta soledad ( recuerdas la novela de Vazquez Montalbán, "la soledad del manager" ?), es que no has alcanzado el liderazgo. Y esta soledad , al permitirte la introspección , te mejora como lider.
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