viernes, 1 de abril de 2011

Síndrome de Zugzwang o estajanovismo.


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La prensa se ha hecho eco de los planes de los centros sanitarios catalanes para ajustarse a las restricciones presupuestarias. Se trata de medidas claras y con impacto (cierre de camas y supresión de actividad quirúrgica fundamentalmente).

La gravedad de la situación puede hacer pensar que estamos en una especie de callejón sin salida. Tomando el título de un excelente artículo de Morera y Miravitlles, la situación actual podría ser una especie de Síndrome de Zugzwang ("zugzwang", la situación en una partida de ajedrez en la que cualquier jugada es mala). Cuesta explicar simultáneamente la reducción de quirófanos y el mantenimiento de la calidad. Aunque es razonable, o muy razonable, la reorganización de las Instituciones sanitarias, es doloroso el recorte del mercado laboral relacionado con las actividades sanitarias (no renovación de contratos eventuales, substituciones...). Obviamente esta situación va a requerir un esfuerzo de los profesionales. Pero, ¿un esfuerzo como el de Alekséi Stajánov (1906-1977)? Stajánov fue portada de la revista TIME en 1935, como ejemplo de trabajador esforzado (en su momento recibió el título de "héroe del trabajo". Stajánov formó un equipo que logró tener una productividad cinco veces mayor que la media en la extracción de carbón. El estajanovismo se refiere a este modelo basado en la organización y en el esfuerzo suplementario del trabajador (esfuerzo suplementario usado como propaganda por los soviéticos).

 
Mi respuesta es ni zugzwang ni estajanovismo. Ni estamos en un callejón sin salida ni la única salida es la actitud heroica. El esfuerzo debe ser fundamentalmente de responsabilidad profesional en tres direcciones:
  • Distribución equitativa del trabajo.
  • Tensión y atención en el trabajo.
  • Garantizar el valor de la "inversión".
Uno de los tópicos más recurridos en el medio sanitario es el de la "sobrecarga asistencial". En los hospitales, especialmente en los hospitales grandes, el problema no es la sobrecarga sino la mala distribución del trabajo (unos pocos hacen mucho). Por lo tanto, primero hay que distribuir bien el trabajo.

La "tensión" en el trabajo, es decir, estar conscientemente pendiente de lo que se hace (evitar hacer las cosas de una manera rutinaria e indolente), y la atención para detectar problemas son fundamentales para evitar el desaprovechamiento o el despilfarro de recursos escasos.

Finalmente, habrá que pensar el "value for money" y esto obliga a escoger qué hacemos y a quién se lo hacemos primero. No es ninguna novedad. El triage es una parte fundamental de la práctica clínica, y es imprescindible para poder "hacer correctamente lo que es correcto".

Pero el problema de hoy no debe obnubilarnos hasta el punto que olvidemos el problema fundamental: la transformación del sistema sanitario. No hay que confundir las medidas de choque (puede discutirse el porcentaje y el lugar de aplicación, pero de una manera inmediata es poco probable que existan alternativas razonables) de las medidas a medio/largo plazo. Si no se emprende una transformación en profundidad del sistema sanitario es poco probable que sea sostenible, o bien que únicamente sea sostenible a base de recortes y de precariedad. No hay recetas ni mapas para la transformación del sistema sanitario, pero esta transformación debe contener algunos de estos ingredientes: transferir responsabilidades a los profesionales de la primera línea asistencial, transparencia, énfasis en los resultados, valor de la proximidad en la prestación de la atención, concentración de servicios, considerar el papel del paciente en el proceso asistencial, etc… En definitiva, ni zugzwang ni estajanovismo.

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