Seguro que no lo ha copidado de "El forastero...", aunque desde hace tiempo una frase parecida se ha repetido en el blog. En épocas de crisis parece razonable apelar al esfuerzo, a la frugalidad y a la actitud que trata de obtener el máximo valor de lo que se tiene a mano.
La pregunta clave se centra en aquellas acciones que los médicos podemos llevar a la práctica para hacer "más con menos". Obviamente no tengo la solución mágica, pero es posible hacer algunas cosas muy concretas para mejorar la "eficiencia":
- Renunciar formalmente a los 9 días de "fiesta" que tenemos los estatutarios, además de las vacaciones reglamentarias.
- No deberían hacerse substituciones de médicos relacionadas con enfermedades o con bajas por materinidad.
- Las vacaciones deberían ajustarse a las necesidades. Por ejemplo, en las fiestas navideñas los servicios médicos están desborados (esepcialmente a partir del 1 de enero). No tiene sentido que el inicio del año (con las salas llenas de pacientes) coincida con las vacaciones de más de la mitad de la plantilla de los servicios médicos. Yo mismo he vivio inicios del año con sólo dos médicos de plantilla para atender a más de cuarenta enfermos.
- Los servicios médicos, en invierno, deberían trabajr sabados y domingos (no tiene sentido tener enfermos ingresados a los que no se visitará "formalmente" desde el viernes hasta el lunes). La compensación de este esfuerzo debería relacionarse con el salario, los incentivos o las vacaciones, pero no deberñia plantearse como una actividad "extraordinaria". Los bomberos acucden cuando hay un incencio y los médicos deberíamos acudir cuando hay enfermos. El objetivo final es reducir la estancia media. La reducción de la estancia media es la major garantia de disponibilidad de camas paras los pacientes que esperan en urgencias.
- La organizáción de los servicios debería hacerse de tal manera que los médicos dieran soporte a los servicios de urgencias cuando hay muchos pacientes (por ejemplo a primera hora de la tarde) o cuando hay listas de espera muy largas (en las consultas ambulatorias o en las consultas de especialistas en la Atención Primaria). No tiene sentido organizar el trabajo en base a funciones, debería organizarse en base a necesidades y problemas.
Al final, este esfuerzo debería servir para valorar el papel del médico. Asumir responsabilidades, dar soluciones y comprometerse con los resultados refuerza el papel del profesional (médico) no del empleado (que únicamente cumple órdenes o responde a incentivos).
Es complicado. Pero...
Feliz 2011.